En América Latina y el Caribe, el cáncer es la segunda causa de muerte en las personas de hasta 19 años. Unos 29.000 niños son diagnosticados cada año y los tipos más comunes son la leucemia, el linfoma, tumores de sistema nervioso central, el tumor de Wilms y el retinoblastoma.
La tasa de supervivencia al padecimiento en la región es de 55%, por lo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) trabaja en la región con el propósito de lograr para el 2030 una tasa de curación del 60%. La cifra es el objetivo global de la iniciativa CureAll.
El asesor regional de la OPS en prevención y control del cáncer, Maurizio Maza, afirma que aunque América Latina y el Caribe no está lejos de la meta del 60%, se deben hacer “todos los esfuerzos posibles para cerrar las brechas de atención, llegar a todos los niños y adolescentes que lo necesitan y no tener que lamentar muertes evitables”.
No se puede prevenir
Entre los esfuerzos de combate a la enfermedad en los niños, la Organización Mundial de la Salud y el Hospital St Jude Children´s Research de Estados Unidos presentaron recientemente un proyecto mundial para ayudar a los países de renta media y baja a ampliar su acceso y disponibilidad a medicamentos esenciales para tratar el cáncer infantil.
Para contrarrestar esta deserción, la agencia regional lanzará la campaña #DecideATiempo, que compartirá historias de niños, adolescentes y familias que tomaron la decisión oportuna de completar su tratamiento y lograron salvar su vida.
Aún se desconocen las causas
El cáncer afecta a personas de todas las edades y puede surgir en cualquier parte del cuerpo. Empieza con un cambio genético en una sola célula, que luego prolifera hasta dar lugar a una masa o tumor que invade otras partes del organismo y, en ausencia de tratamiento, va causando cada vez más daños, hasta provocar la muerte.
No obstante la persistente interrogante sobre su origen, se ha encontrado que algunas infecciones crónicas, como las que se deben al VIH, el virus de Epstein-Barr o al parásito del paludismo, constituyen factores de riesgo de cáncer infantil, lo que se observa especialmente en los países de ingresos bajos o medios.
Hay otras infecciones que pueden elevar la probabilidad de que los niños padezcan cáncer en la edad adulta, por lo que es importante vacunarlos. Por ejemplo, la vacuna contra la hepatitis B previene el cáncer hepático y la inmunización contra el virus del papiloma humano previene el cáncer cervicouterino.
Según se desprende de los datos actuales, alrededor de un 10% de los niños que padecen cáncer tienen una predisposición de carácter genético. Es necesario investigar más a fondo para conocer los factores que influyen en la aparición de cáncer en los niños.
Diagnóstico oportuno
Un diagnóstico temprano depende del conocimiento de los síntomas por parte de las familias y los profesionales de la atención primaria de salud; la precisión y puntualidad en la evaluación clínica, el diagnóstico y la determinación del estadio de la enfermedad; y el inicio rápido del tratamiento.
Tratamiento
Los tratamientos habituales son la quimioterapia, la cirugía y la radioterapia. Además, se debe dar mucha atención al desarrollo físico y cognitivo del niño y a su estado nutricional.
La OMS lamentó el acceso desigual y poco equitativo a diagnósticos eficaces, medicamentos esenciales, pruebas de anatomía patológica, hemoderivados, radioterapia, tecnología y atención psicosocial y asistencia paliativa.
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